La Excelencia Jurídica: I Edición de los Premios Cárlos III

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Lo primero, agradecer a la Sociedad Europea de Fomento Social y Cultural por haberse acordado de este humilde letrado a la hora de repartir merecimientos a su I Edición de los Premios Cárlos III a la Excelencia Jurídica.

Para mí es un verdadero honor recibir estas distinciones en nombre de todo el equipo que conforma este despacho. Soy consciente de que estoy (estamos) compartiendo escenario y galardón con verdaderos pesos pesados del Derecho en este país y con los jóvenes que están destinados a sucederles con el tiempo.

El premio recibido nace, es su primera edición, con el objetivo de dar visibilidad a profesionales del Derecho que destacan dentro de nuestra actividad. Así, junto con Abogados al frente de despachos que diseñan complejas operaciones internacionales garantizando la legalidad de las mismas y la salvaguarda de sus responsables y directivos o afamados penalistas, expertos en derecho del transporte o los nuevos derechos que derivan del uso de la tecnología; hay otros abogados que terminaron la carrera ejerciendo de transportistas y ahora se los disputan los bufetes mas afamados de la capital.

Alguno atesora sentencias de muy alto calado, como D. José Luis Cepero que es quién logró la declaración de inconstitucionalidad del Impuesto Municipal de Plusvalías ante el Tribunal Constitucional, un procedimiento iniciado allá por 2017; y que vuelve a ser noticia ahora por los cambios legales que impulsa el Gobierno para que los Ayuntamientos puedan seguir cobrándolo de manera legal.

Por el medio estoy yo (estamos nosotros); para reivindicar una práctica profesional mas modesta, vocacional, artesanal, si se quiere llamar así; en la que lo que cuenta es encontrar el equilibrio entre lo que la Ley permite, lo que los procedimientos garantizan y lo que los clientes esperan. A eso es a lo que se le puede llamar “hacer feliz a la gente”.

Es una Práctica Jurídica más “tediosa”; porque los juicios no son como los de las películas; pero cuando tienes un problema y acudes a un abogado, el “tedio” es una muy buena opción. Las sorpresas las dejamos para otros momentos de la vida, como estos premios que nos encanta recibir.

Cuando no haya premios quedará ese “tedio” del trabajo bien hecho y los problemas bien resueltos. Un poco como ahora.

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