Juan Carlos I | Kenari Orbe en Más que Palabras

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La figura del Rey Emérito se ha visto en el centro del debate por las circunstancias fiscales en las que ha incurrido la persona que ostenta ese cargo; aunque sea o, precisamente por eso, un cargo simbólico.

La persona ha realizado una declaración complementaria a Haciendo por casi 700.000€ para regularizar su situación fiscal por el uso de tarjetas opacas.

Se había difundido por parte de Hacienda la apertura de una investigación por delito fiscal.

¿Qué quiere decir todo esto de una regularización por el uso de tarjetas opacas?

A ver si lo podemos explicar porque es largo… Hace unas semanas, salía la noticia de que, a través de unas tarjetas de esas “black” se habían hecho una serie de gastos muy importantes que no habían sido declarados.

No sólo por D. Juan Carlos sino también por parte de varios familiares.

Eso salió en las noticias. Pero a este señor, en ningún momento nadie, ni desde Hacienda ni desde un Juzgado, le había mandado un requerimiento formal para que regularizase la situación.

Entonces, antes de recibir ese requerimiento, lo que hace es reconocer que ha existido un incremento en sus ingresos esos años (16/18) y entiende que con esa cantidad regulariza la situación.

Esto viene basado en aquella Ley del Ministro Montoro que se llamó de Amnistía Fiscal; que alguien podía abonar la cuenta antes de que se le requiriera y con eso dejaba zanjada su situación fiscal.

La cuestión es lo que se preguntan ahora en Fiscalía o en Hacienda… ¿alguien le ha avisado? ¿se le iba a requerir formalmente?

Pues no se sabe y, probablemente, nunca se vaya a saber. La cuestión es que él, antes de tener ningún tipo de requerimiento, abonó los impuestos pendientes y, al menos en esta parte, se ve libre de ser investigado.

Ha utilizado lo que dice el Código Penal, porque por las cuantías estamos hablando de delito fiscal; y, salvo el caso de que haya habido algún tipo de filtración o el origen de ese dinero, se libra de la investigación penal.

Lo que sí se puede investigar es el origen de ese dinero porque la existencia o  no de una filtración va a ser muy difícil de demostrar. Y se puede investigar tanto el origen del dinero que salió del uso de las tarjetas black como el que ha utilizado ahora para realizar el pago.

Se ha sabido también que otros miembros de la familia, hijos, nietos… utilizaron también estas tarjetas opacas. ¿Hay alguna responsabilidad en el uso de esas tarjetas? He leído en algún sitio que no…

A ver… en una figura penal, entraríamos en los culpables a tipo lucrativo. Esas personas, no se sabe si conocían el origen ilícito de ese dinero pero se lo han gastado; y si existía un delito previo, aunque en él no participasen estas personas, tendrían que responder económicamente.

Aquí ocurre que los dos únicos delitos que se podrían imputar son el fraude fiscal, que como hemos dicho se acoge a la Ley Montoro, y el de blanqueo de capitales, donde el Tribunal Supremo tiene una doctrina muy clara: si no hay delito fiscal, no hay blanqueo de capitales.

Por eso no va a haber para esas personas familiares, amigos y allegados que hayan podido usar las tarjetas no va a haber consecuencia de ningún tipo.

Y probablemente, D. Juan Carlos haya actuado como actuó con esa intención.

D. Juan Carlos tiene abiertas ya tres investigaciones penales que empiezan a ser demasiadas para librarse de salir airoso.

¿Pueden ser donaciones esas tarjetas?

Pueden ser donaciones, pero lo tendrían que haber sido. Si se hubiesen declarado en su momento como donaciones pues sí… pero en ese momento, no se declaró ese dinero.

Escucha la intervención completa en el programa Más que Palabras de Radio Euskadi

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